Acondicionar el cabello: Antes de aplicar cualquier técnica, tanto de alisado como de rizado, es necesario nutrir el cabello.
Su hidratación es fundamental, primero, para que la cutícula quede sellada y sea
más receptiva a los productos y métodos aplicados y, segundo, porque un cabello hidratado resiste mejor cualquier procedimiento sin sufrir demasiados daños.
Un corte para cada estilo: Para conseguir un cabello liso se aconsejan los cortes más o menos uniformes y con capas largas para que el peso favorezca el alisado.
En cambio, para lograr un cabello rizado son más convenientes los cortes a capas irregulares, cuanto más mejor, que aligeren este peso de la melena y, portante, su tendencia a alisarse.
Su hidratación es fundamental, primero, para que la cutícula quede sellada y sea
más receptiva a los productos y métodos aplicados y, segundo, porque un cabello hidratado resiste mejor cualquier procedimiento sin sufrir demasiados daños.
Un corte para cada estilo: Para conseguir un cabello liso se aconsejan los cortes más o menos uniformes y con capas largas para que el peso favorezca el alisado.
En cambio, para lograr un cabello rizado son más convenientes los cortes a capas irregulares, cuanto más mejor, que aligeren este peso de la melena y, portante, su tendencia a alisarse.