Si tienes unas uñas débiles y que se parten con facilidad, te proponemos un endurecedor que podrás fabricar con productos de tu nevera. En un recipiente, mezcla una yema de huevo, dos cucharadas de aceite de ricino, dos de sal, una de miel líquida y una cucharadita de germen de trigo. Vierte la mezcla en un frasco y colócalo
en la nevera. Dos veces por semana, con un pequeño pincel, unta tus uñas con el endurecedor y tus uñas recobrarán un aspecto sano y fuerte.
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